Textos tentidos

¿Qué pasó que no nos estamos activando? ¿Te crees más astuto que yo?
Hasta donde sé, las realidades pueden ser muy diferentes pero así y todo me seguís pareciendo completamente anormal, incorregible.
Expresando en mi vida cada detalle tuyo, me haces más y más lenta pero interesante. Soy feliz. Vos pensabas que estabas conmigo porque eras inteligente, ahora te das cuenta que en eso también te gano. Es natural que creas que estoy y no estoy, que desaparezco cuando quiero y te dejo siempre a la expectativa de lo que pueda pasar, simplemente porque es así, soy una mujer.
Tengo tantas cosas en las que podría estar trabajando en este momento y sin embargo me quedo acá tipeándote y arruinándote la existencia. Existencia tan corta que te dieron desde el día que te inventaron. Así y todo… siempre tan exacto.
Exacto pero aburrido, arbitrario. Espero que esto te ponga los puntos, no quiero ser más feminista de lo que ya acabo de ser, sólo me expreso.
Te voy a hacer acordar hasta que se me gasten las uñas que me debes unas letras nuevas, canciones de verdad, nada de dedicaciones cursis y letras baratas. Realmente, esmeráte. Sé un poco vos. No te digo que te pases los días tratando de exprimir tu sutileza y encanto para conmigo, dejáte llevar y emocionáme en algunos versos que de versos sabes mucho.
No es que seas chamuyero, sólo lo escribo, a veces esas cosas se dan. Vos sabés, si no existiera el chamuyo: que mundo más aburrido. Aburrido como vos, como te decía, no perfectamente aburrido, mejor frío, distante, necio… plomo.
Necio! Como me voy a olvidar de eso, totalmente necio, por que si hay algo que me encanta es cuando tenés la razón, por que vos siempre la tenés, como los locos. Ahora sí, loco, loco no sos, eso no digo, exactamente lo contrario, nada más un poco retardado, pero con amor. 


Me gustó que se hacia el lindo, pero no era.
Estaba cerca de mí y me miraba. Me encantaba. Con esos ojos intensos, verdes, punzantes.
Se asomó a la ventana moviendo la cola, se subió al borde del balcón y empezó a caminar sin dejar de clavarme la mirada como sabiendo que estaba tan sola.  Se relamió.
Yo en la vereda de enfrente, esperando el colectivo, pensando que si se llegaba a caer capaz me lo podía llevar a mi casa. No había nadie mirando, sería fácil y al fin tendría alguien que me caliente la cama. No sé si era por que era morocho con algunos pelos blancos pero parecía un poco viejo, casi diría desgastado. Creo que era lo de menos, total solo me interesaba su compañía.
Sonreí. Se estaba por tirar. Casi estaba cruzándome de vereda cuando llegó el colectivo al mismo tiempo que salía al balcón el dueño del hermoso gato. (…)

Dibus y Fotos Ju Ly Sz


Created with Admarket's flickrSLiDR.